Como sabemos, las epístolas del hermano Pablo de Tarso siguen un patrón determinado. Comienzan con una parte dedicada a la teología, describiendo características de Dios y la segunda parte la dedica con mandamientos para la vida cotidiana. Gracias al Santo Espíritu, estas cartas tienen una armonía en donde la primera parte explican el por qué se debe seguir una vida en santidad y la segunda parte señala que elementos caracterizan la santidad de esas vidas.
La Epístola a los hermanos que vivían en Colosas es precisa y a partir del capítulo tercero es muy práctica, por ahora vamos a leer este capítulo tercero y reflejarnos en el espejo de la palabra de Dios. Oremos a Dios para que mientras confrontamos nuestra vida con Sus mandamientos, manifestemos la humildad para corregir nuestras deficiencias, arrepentimiento para abandonar los pecados y la fuerza para mantenernos en los aciertos, pues todo aquel que este firme mire que no caiga. Qué el Señor no nos permita ser como el hombre que se mira en un espejo y olvida su rostro (Santiago 1:23-24). Al contrario al vernos encontremos nuestro pecado para corregirlo, como corregimos nuestro peinado frente a nuestro reflejo.
Además de la forma expositiva existen otros medios para estudiar y aprender. Por ello quiero que ensayemos con el cuestionario, que a algunos hermanos les será facilísimo, pero para otros les exigirá investigar y leer. Los primeros ya lo saben y lo van a reafirmar, los segundos vamos a aprender.
¿Para quién están dirigidos los mandamientos de este capítulo? Para los que han resucitado con Cristo, pues quienes no han conocido de su amor y salvación no podemos exigirles estas conductas, pues en ellos no habita el Espíritu de Dios quien es el que produce el querer como el hacer, por su buena voluntad (Filipenses 2:13). Pero en quienes hemos creído no debe existir pretexto ni obstáculo para obedecer a Dios.
Antes de contestar sería bueno que leyeras el capítulo entero y oraras. Si no tienes a la mano tu Biblia (¡pues qué hereje ¿no? jejeje!) copia las preguntas y respóndelas después. No es necesario que las envíes, pero sí que reflexiones.
1.- Defina con sus propias palabras en qué consisten los siguientes pecados (versículo 5):
Fornicación
Impureza
Pasiones desordenadas
Malos deseos
Avaricia
Ira
Enojo
Malicia
Blasfemia
Palabras deshonestas
2.- ¿Por qué dice que la avaricia es idolatría?
3.- Defina con sus propias palabras los siguientes conceptos que son algunas de “las cosas de arriba” que están con Cristo y en donde hay que poner la mira:
Santidad
Misericordia
Benignidad
Humildad
Mansedumbre
Paciencia
Perdón a la manera que Cristo nos perdonó
Vestirse de amor
4.- ¿Cómo puede morar en abundancia la Palabra de Cristo?
5.- ¿Cómo deben de obedecer los hijos a sus padres? ¿Existe alguna edad límite cuando ya no hay que obedecer?
6.- ¿Qué consecuencia acarrea que los hijos se desalienten por que los padres los exasperen? ¿Cómo deben de disciplinar los padres a los hijos?
7.- El versículo 22 dice: “Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios” ¿Cómo se explica este mandato en la actualidad?
Espero noticias de ustedes, Dios les bendiga.
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